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El envejecimiento saludable no se trata de esconder las canas o borrar arrugas: implica aportar al organismo desde adentro para mantener el bienestar con los años. Tras la menopausia, las necesidades nutricionales cambian. Por eso es importante contar con suplementos o alimentos formulados para cubrir esos vacíos en cada etapa de la vida. Cuando diseñamos un multivitamínico pensado para personas mayores de 50 años, junto con un polvo de proteína vegetal específico para esa franja etaria, tuvimos muy presente esa idea: el verdadero “envejecimiento saludable” es respaldar al cuerpo con los nutrientes que va necesitando a medida que pasan los años.

Puntos clave Tenés curiosidad por la meditación pero no sabés por dónde arrancar? Esta guía definitiva es el mapa infalible. Descubrí los beneficios de la meditación y los consejos de expertos para ponerte en marcha. La idea de sentarte, cerrar los ojos y fundirte con tus pensamientos parece muy simple. Pero si ya intentaste meditar antes, sabés que frenar la mente puede resultar todo un desafío. ¿La buena noticia? Con unos cuantos tips de especialistas —y sabiendo que la meditación es muy personal y, por eso, distinta para cada uno—, podés convertir esta práctica en parte de tu rutina diaria. Con eso en mente, vamos a sumergirnos: por qué meditar, cómo arrancar y qué beneficios podrías empezar a notar con el tiempo.

Puntos clave No hay una “receta” infalible para crear hábitos, pero sí trucos con respaldo científico que te dan una mano. Lo más importante: arrancá de a poco y vas a notar la diferencia. Si te cuesta encontrar la fórmula exacta para motivarte, puede ser porque cada uno somos un mundo: lo que impulsa a alguien a ponerse las pilas puede no servirle a otro. Pero eso no significa que no haya consejos respaldados por la investigación para inclinar la balanza a tu favor. Y, en nuestra experiencia, uno de los truquitos más universales es empezar chiquito. ¿Qué suena más fácil? ¿Comprometerte a ir al gimnasio cinco veces por semana o apenas moverte 20 minutos después del laburo, haciendo lo que más te guste? ¿Prometer “ponerme en forma este año” o simplemente acordarte de tomar la vitamina que tenés guardada en el botiquín esta mañana? Cuando das pasos chiquitos, las metas dejan de ser tan intimidantes… y la ciencia lo confirma.

Aunque algunos estamos genéticamente predispuestos a ser madrugadores o noctámbulos, es posible entrenarnos para inclinarnos hacia un lado u otro. Te compartimos 6 pasos basados en la ciencia para empezar a construir este hábito y recuperar tus mañanas. Ser una persona mañanera en lugar de noctámbula no es solo un fenómeno cultural: nuestro ADN en realidad nos predispone de un lado u otro (1). ¿La buena noticia? Incluso si creés que no sos capaz de socializar antes de tu segunda taza de café (¡gracias, genes gruñones!), la investigación muestra que existe un margen para entrenarte y convertirte en alguien que rinde en las primeras horas. Ahora, seamos claros: si históricamente no te identificaste con las mañanas, no vas a convertirte en un ave tempranera de la noche a la mañana. Como todo hábito positivo, requiere práctica, paciencia y descubrir qué funciona mejor para vos. Pero un excelente punto de partida es saber qué nos dice la ciencia sobre cómo tomar el control de tus mañanas.

Siempre hablamos de crear hábitos positivos. Pero, ¿qué pasa con dejar atrás los que no son menos convenientes? Un psicólogo comparte su perspectiva sobre cómo eliminar los malos hábitos para dar lugar a otros más saludables, y puede que sea más fácil de lo que pensás. Dejá de morderte las uñas. Parás de apretar el botón de posponer el despertador cada mañana (y de salir corriendo para llegar a tiempo al trabajo). Eliminá la comida rápida o la soda de tu dieta. No importa quién seas: todos tenemos al menos algunos hábitos que nos gustaría dejar atrás en favor de comportamientos más saludables o productivos. Pero querer dejar un mal hábito no alcanza. Romper realmente un mal hábito —y adoptar nuevos comportamientos más saludables en su lugar, como tomar un multivitamínico— requiere algo más que el simple deseo de mejorar. Entonces, ¿cómo, exactamente, dejás atrás los hábitos antiguos para reemplazarlos por otros más nuevos y positivos?

Un desodorante interno o en comprimidos es un suplemento dietético diseñado para neutralizar los compuestos responsables del mal olor corporal antes de que sean excretados a través de la piel y la respiración. A diferencia de los desodorantes tópicos